martes, 25 de mayo de 2010

Horas, minutos y segundos.


Hace mucho tiempo en el anterior blog en el que participaba, hablé de una canción que me gustó mucho pero que no podía poner porque era tan reciente que aún no tenía la traducción de ésta.
Ahora 2 años y medio después, conseguí la traducción y ya puedo compartirla.

La canción pertenece al grupo Rin'. Un grupo formado por mujeres que se centra en la música instrumental tradicional japonesa. Para esta ocasión contaron con al colaboración de una cantante que por aquel entonces estaba empezando a hacerse notar en Japón y China; alan.

Aquí dejo la canción y la letra, que esta plagada de metáforas y rodeada de un aire místico.

Arco Iris del Milenio

A medianoche los copos de nieve revolotean
y se dispersan como una flor de cerezo
el anhelo de amor que se acumula en nuestros corazones
convierten los copos de nieve en pálidas luciérnagas

En un sueño, vuela vuela al lado de ese con el que no puedes estar
mientras buscas esos sentimientos que no puedes decir en voz alta

El amor es un arco iris del milenio, antiguo y hermoso
un sueño deslumbrante que es visible incluso si estás despierto
Magníficos sentimientos fluyen
como el río que une el fuego de las almas

El púrpura de los árboles de paulonia, el púrpura de las glicinas
el color de un corazón amoroso, el color de la sinceridad
Al igual que a las luciérnagas que alumbran sus cuerpos
la cigarra de luz de luna floreció en la nieve

El anhelo de un arco iris del milenio, antiguo e invariable
desatar un pergamino ilustrado de las cadenas ondas
Impresionado por ese sueño púrpura
con el fin de pasar bajo el arco iris del milenio

El amor es un arco iris del milenio, antiguo y hermoso
un sueño deslumbrante que es visible incluso si estás despierto
Magníficos sentimientos fluyen
como el río que une el fuego de las almas

El anhelo de un arco iris del milenio, antiguo e invariable
el desligue de un rollo fotográfico de las cadenas ondas
Hechizado por ese sueño púrpura
con el fin de pasar bajo el arco iris del milenio


miércoles, 5 de mayo de 2010

La leyenda del Monte Ledus


La pieza musical que os adjunto en esta ocasión se trata de una sugerencia de la malvada Lura, espero que la disfrutéis.

Seiken Densetsu 2 OST - A Wish



Hace escasos días que llegué aquí.

Ledena es un pequeño pueblo situado en el extremo noreste del continente y se encuentra en un pequeño valle resguardado por varios montes nevados a su alrededor. El acceso a este pueblo es harto complicado, dado que los caminos que discurren hacia él están frecuentemente congelados, y se puede decir que es el lugar habitado más frío en el que una persona puede pasar su estancia.

Haciendo cálculos mentales, diría que aquí puede que vivan (o casi sería más correcto decir que sobrevivan, dadas las condiciones) aproximadamente medio centenar de personas. Sus habitantes son de carácter cerrado y reservado, no en vano casi no han recibido visitas de extranjeros con el paso de los años. Aun así no he tenido que soportar ninguna grosería o mala actitud por parte de ninguno de ellos, simplemente les cuesta confiar en los forasteros.

Me encuentro en este lugar para investigar ciertos rumores que han llegado a mis oídos sobre uno de los montes situados en la cordillera más importante de esta zona del continente, el Monte Ledus. Esa zona siempre ha sido fuente inagotable de mitos e historias sobre los peligros que aguarda, como suele ocurrir con cualquier territorio casi inexplorado. Pero una de esas historias está cobrando fuerza en estos últimos tiempos, ya que no son pocas las personas que se dice que han decidido aventurarse a explorar ese monte, y de las que no se ha vuelto a saber nada, y a las gentes de los alrededores no se les ha ocurrido otra cosa que atribuir todas esas desapariciones a una criatura… Un dragón.

Cabe decir que servidor cree en estas magníficas criaturas, y quien no lo haga es un necio. Son muchas las leyendas y testimonios fehacientes de su existencia: El Dragón sombrío de Nagazhan, que arrasó con toda una ciudad y del que no se supo más después del suceso; o el Dragón marino que constantemente asediaba navíos y puertos en el océano sur del continente, del cual incluso se conserva la cabeza como trofeo en la ciudad portuaria de Lurfin, después de que una empresa que reunió a miles de embarcaciones acabara con su amenaza.

En esos casos su existencia está totalmente probada, ya sea mediante testimonios escritos u oculares, pero este caso es diferente, ya que nadie lo ha visto ni puede probar su existencia. Ninguno de los aventureros que se adentro en el Monte Ledus ha conseguido volver con vida para contarlo, así que todo se basa en una serie de cuentos infundados que se extienden por el continente como un reguero de pólvora encendido.

La leyenda más extendida por estos lugares, es que este dragón no fue dragón desde el principio de los tiempos, si no que se trataba de un hombre. Según dicen, en aquel entonces, ni siquiera existía un solo atisbo de hielo por todo el territorio, el cambio se produjo por hechos que me dispongo a relatar:

Un día esta persona fue al monte, como solía hacer cuando se quería evadir de su dura profesión de herrero, la cual no tiende a prestar mucho descanso. Allí vio a una preciosa chica de pelo moreno y tez blanca, que estaba jugueteando y recogiendo algunas flores, y quedo prendado de ella desde el primer momento. Poco a poco fue reuniendo el valor para acercarse a ella, y cuando por fin la conoció, quedó aun más ciego de amor si cabía. Y fue correspondido.

Sus encuentros siempre se producían en ese monte, furtivamente y lejos de cualquier civilización y presencia ajena, y cada vez que el intentaba que ella la acompañara a su poblado, o le preguntaba a ella sobre su procedencia, lo esquivaba con descaro. Pero eso a él no le importaba, podía estar con la persona que amaba y verla tantas veces como lo necesitará, aunque fuera a escondidas.

Uno de esos días en los que todo parecía transcurrir de manera normal, aparecieron en el lugar cinco caballeros, uno de los cuales se presentó como noble, y como marido de la chica. Los otros cuatro desenvainaron sus espadas y apresaron al joven, el cual no puedo hacer nada para defenderse. El noble agarró a su esposa, y decidió que el castigo por su infidelidad sería la muerte, el cual efectuó de manera inmediata, sesgando su cuello y su vida con un rápido movimiento de espada. Y para el joven reservó el castigo más duro, atarlo con cadenas a un árbol, a escasos dos metros del cadáver, para que viera como el cuerpo inerte de su amante se descomponía ante sus ojos, sin posibilidad de hacer nada, y para que la tanto la culpa como el hambre fueran destruyéndole lentamente. Y así partieron.

Los días pasaban, y la culpa y la horrible visión de su amada yaciendo inerte en la hierba fueron helando su sangre, y la falta de agua y de nutrientes fueron secando lentamente su piel. Pasaron las semanas, y el joven, lejos de morir de hambre, dejó de sentir necesidad alguna para sobrevivir. Lo único en lo que podía pensar era en el odio y la culpa que sentía hacia lo que había ocurrido con esa joven inocente, que la única culpa que tuvo fue la de encontrarlo a él, y con ello provocar su muerte. Su cuerpo se heló, su piel se había convertido en duras escamas, sus manos en afiladas garras, y su odio le confirió tal fuerza que por fin pudo liberarse de las cadenas que le apresaban. Pero decidió no moverse de ahí, no evadir su culpa, y proteger el cuerpo de su amada hasta el fin de sus días.

Se dice que era tal su odio, que transmitió el dolor de su gélido corazón al monte, el cual se fue helando lentamente. Y era tan intensa su culpabilidad, que para mostrarla al mundo, extendió ese viento gélido a gran parte del continente, la cual quedó cubierta por una densa capa de nieve en escasos meses, hasta que todo el territorio resulto como lo conocemos hoy en día.

¿Y él? Sigue inmerso en el monte, guardando el cadáver de su amada, y arrebatando la vida de todo aquel que intente acercarse a él. Así que más vale que nadie se aventure por esos lares, ya que un Dragón gélido esta guardando el lugar, el lugar que hoy se conoce como el Monte Ledus.


Esa es la historia, y por muy incrédulo que me pueda mostrar ante tales leyendas infundadas, mi deber como investigador es comprobar su veracidad e informar de ello al Consejo. Así que junto a unos valientes mercenarios (a los cuales he tenido que comprar su servicio a un precio realmente abusivo, dado su escepticismo con estos hechos), dispongo a adentrarme en ese territorio, en busca de información y hechos que por fin consigan refutar este fantasioso relato.

Informaré al Consejo de los resultados en cuanto me sea posible.

Arthur Hombein, miembro del Consejo de estudio histórico del reino de Hultuan.
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Este mensaje que le adjunto se trata del último recibido por Arthur Hombein, uno de los más antiguos miembros de nuestro Consejo. Actualmente se encuentra en paradero desconocido...

sábado, 1 de mayo de 2010

Desde la penumbra


Después de 4 días sin internet y un día sin luz ni agua, al fin puedo poner algo aquí. Aunque ahora mismo no estoy demasiado inspirada para explayarme ni nada por el estilo, por lo tanto removeré un poco el cajón desastre de canciones que tengo dentro del pc.
Pensando en que podría poner para actualizar, me he puesto a mirar las letras de canciones que tengo traducidas desde hace tiempo y entre ellas me encontré con una curiosa y recordé que estuve bastante enganchada un par de veces.

Esta canción pertenece a una cantante japonesa (para seguir un poco en mi línea) llamada SNoW. Una de las cosas curiosas de esta canción es que tiene una versión en japonés y otra en inglés. Y lo que la hace más curiosa aún es que en cada versión no varía sólo el idioma, si no también la letra.
No recuerdo que decía la letra de la versión japonesa porque yo en su momento sólo traducí la de al versión inglesa que me hizo bastante más gracia.

La letra habla por si sola. Disfrutadla.

Bleach (Lejía)

La llave de mi alma es dificil de encontrar
y la gente me dice que soy dificil de leer
Pero no soy difícl
No soy ingenua
Sólamente sigo moviéndome donde me lleven mis pies

Puedo abrirte los ojos
Puedo cambiar tu mente
Puedo volver a pintar tus paredes
y yo
yo puedo ser, puedo ser, puedo ser todo lo que necesitas
Pero no voy a besarte los pies
No sonreiré para contentarte

Nadie me dijo en que debo creer
Nadie me enseñó lo que hay que ver
Nadie puede poner palabras en mi boca
Sólamente soy la persona que he aprendido a ser

Y nunca me importaba de todos modos
Y nunca me importaba de todos modos
Si soy azul o negro o blanco o púrpura, rojo
Voy a cambiar cuando lo necesite

Puedo traspasar tu fuego
Puedo saltar tu muro
Puedo nadar en tu lago
Y yo
Yo no necesito, no necesito, no necesito destino
Dime en que creer
Reiré cuando esté contenta

Puedo abrirte los ojos
Puedo cambiar tu mente
Puedo volver a pintar tus paredes
y yo
yo puedo ser, puedo ser, puedo ser todo lo que necesitas
Pero no voy a besarte los pies
No sonreiré para contentarte

Puedo traspasar tu fuego
Puedo saltar tu muro
Puedo nadar en tu lago
Y yo
Yo no necesito, no necesito, no necesito destino
Dime en que creer
Reiré cuando esté contenta

martes, 27 de abril de 2010

Pensamientos nocturnos


La noche es una acompañante traviesa. Es de igual manera capaz de ser nuestra mejor aliada, como de acecharnos en los momentos más inoportunos. Ella nunca nos preguntará si la estamos esperando… simplemente aparecerá a nuestro lado, de improviso, para pasar con nosotros largas horas brindándonos tranquilidad, o para agitar nuestra mente hasta la desesperación.

La oscuridad llega repentinamente, aportándonos algo de sosiego o despertando nuestros temores ocultos. En momentos así podríamos darlo todo por acabado, todo por perdido, y limitarnos a dejar que esa bruma invada nuestra mente y acabe con nuestras esperanzas. Pero si miramos hacia arriba podremos ver que la diosa Luna nos sonríe, que nunca nos abandonara por muy sombría que sea la situación, y nos animará a seguir adelante sin miedo a lo que pueda aguardarnos.

Tiempo de reflexión. El momento de enfrentarse con los fantasmas del pasado, de entablar conversación con ellos, de convencerles de que lo que has hecho es lo apropiado. Pero no siempre estarán de nuestra parte, muchas veces no atenderán a las razones que podamos darles… en ese caso normalmente optaríamos por huir y escondernos donde no puedan atormentarnos, o de caer rendidos ante ellos.

La soledad, tan repudiada como ansiada en muchos momentos, puede hacer acto de presencia en estas ocasiones. La soledad en si misma nunca es mala, aunque a veces pueda parecerlo así. Normalmente actuara de puente hacía nuevos territorios, nos guiará en los instantes en que más perdido nos podamos sentir, mostrándonos el camino correcto a seguir para el nuevo día que nos espera. Su compañía puede resultar incomoda, pero lo mejor es no despreciarla.

Cuando conseguimos que el cuerpo y la mente se concilien, aparecen los sueños. Siempre en el momento que menos los esperamos, siempre tan aleatorios, juegan con nuestro subconsciente a placer. Los pensamientos, las experiencias, un enorme castillo de naipes montado en nuestra cabeza con el paso de los años… los sueños pueden derruirlo y jugarnos las cartas que a ellos se les antojen. Amistades, amores, lugares, acciones, temores… todo está a su merced, listo para brindarnos nuevas aventuras a las que raramente conseguiremos encontrarles sentido alguno, pero que puede que signifiquen mucho más de lo que podamos imaginar.

Acaba la noche, recogemos todos nuestros pensamientos, y nos disponemos a continuar el camino y alcanzar el destino que nos aguarde… sea el que sea.